miércoles, 20 de mayo de 2009

Clase A

De repente, numerosos vocablos médicos empiezan a salir de la boca de mis "doctores":
- ¿Vístes los incisibos?
- Sí, si... estoy en ello.
- ¿Y esos premolares?
- Llama a Xavi.

El argentino abandona la consulta y va en busca de "Xavi". Yo sin enterarme de nada y con los pelos de punta. Mi madre contando mentalmente lo caro que le ivan a salir los posibles aparatos, fundas, empastes etc.
- ¿Cúanto hace que has llevado aparatos?
Mi madre le contesta, puesto que yo, con sus manos en mi boca, lo tengo un poco complicado.
- De las 4 que tengo, la única que nunca ha llevado nada.
- ¿Cómooo? ¡És una clase A!

Yo alucino. Soy clase A. Y no me entero de nada. El doctor sale de la consulta y miro a mi madre.
- ¿Se puede saber dónde me has traido?
- Yo que sé, es el médico de la mútua.- Eso quiere decir que la visita le sale gratis.- Pero el ser de clase A no suena tan mal...

De repente, se abre la puerta y entran 4 doctores: el argentino, el chavalin, el tal Xavi y otro más. ¡Cuatro!. Todos a mirar mi boca.
- Es que és la primera vez que tenemos una classe A en la consulta.-Nos explican. E interiormente pienso "es la primera vez que teneis un paciente" mientras mi madre se rié por lo bajini.

En ese momento entran otras dos chicas con bata a mirar mi clase A. Se nota que son las 9 de la mañana y no tienen más pacientes. Bueno, donde miran cuatro, miran seis. Y yo allí, como una santa, espatarrada con nosecuantos ojos mirando mis dientes y mi madre tronchandose de risa. Tímidamente mi madre, finalmente formula la pregunta que yo hubiera hecho mucho antes si no hubiera estado con la boca abierta y con 6 médicos mirando mis dientes.
- ¿Qué es clase A?
- ¡Ay! disculpe.- Le dice mi "doctor-chavalín".- Su hija tiene los dientes perfectos. Mire la radiografia. Esto es muy raro verlo, y más si nunca se ha llevado ortodoncia. No debe preocuparse por las muelas del juicio. Tiene espacio de sobras. Tiene una boca perfecta.

¡Menos mal! No sólo tengo bien los dientes, sinó que soy perfecta. Nooo, nada de perfecta, soy una clase A.
Una sonrisa atrabiesa mi cara mientras recojo mis cosas para marcharme cuando mi "doctor-chavalín" se me acerca y me pide disculpas por haberme tenido como un mono de feria...Y antes de irme me confiesa: "Yo también soy clase A, pero no tengo tanta paciencia como tú". Vaya... Que cachondo el doctor.

Finalmente, en la parada de autobús, despúes de comentar la experiencia de mis doctores recién salidos de la Universidad, mi madre me dice:
- Bueno, la próxima vez que quieras volver a ir al dentista avisame que es muy divertido.

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